Por Luis Martínez Alcántara
La noche del 11 de junio el cielo del hemisferio norte será testigo de un fenómeno astronómico inusual: la Luna de Fresa se elevará en su punto más bajo del horizonte nocturno en casi dos décadas.
Esta posición tan cercana al horizonte se debe a la inclinación orbital de la Luna y a su coincidencia con el solsticio de verano, lo que provoca un ángulo extremadamente bajo con respecto al plano de la Tierra. La última vez que ocurrió algo similar fue hace 18.6 años, y no volverá a repetirse hasta el año 2043.
El nombre “Luna de Fresa” proviene de las tribus algonquinas de Norteamérica, quienes identificaban la luna llena de junio con la temporada de cosecha de fresas silvestres. A pesar del nombre, este satélite no adquiere un color rosado, pero sí puede verse en tonos anaranjados o rojizos debido a la dispersión de la luz solar en la atmósfera terrestre, similar a un atardecer.
Este evento astronómico es relevante no solo por su valor visual, sino también por su significado en los ciclos lunares. El plano de la órbita lunar varía en un periodo de 18.6 años, y este 2025 alcanza uno de sus puntos más bajos, lo que da lugar a una luna llena “rasante”. Por esta razón, la Luna parecerá más grande y más brillante desde algunas perspectivas, aunque esto sea una ilusión óptica provocada por su proximidad aparente a objetos terrestres.
Para los fotógrafos, astrónomos aficionados y amantes del cielo, la Luna de Fresa será una oportunidad perfecta para capturar imágenes únicas. Se recomienda buscar lugares alejados de la contaminación lumínica y con vistas despejadas al este, ya que la Luna comenzará a elevarse poco después del atardecer. Además, al estar tan cerca del horizonte, podrá apreciarse durante más tiempo en su fase de salida.
Aunque no se requieren instrumentos especiales para observarla, tener binoculares o un telescopio de baja potencia puede permitir apreciar detalles de su superficie. Pero lo más importante es disfrutar del momento: mirar hacia el cielo, reconectar con la naturaleza y ser testigos de un fenómeno que combina ciencia, cultura y belleza. La Luna de Fresa 2025 será, sin duda, una de las más memorables de nuestra era.
