ACTINVER: El Ahorro para el Retiro es una Prioridad Económica Nacional

Economía Portada

México está entrando a un punto de inflexión económico que tendrá efectos directos en los hogares, en el consumo y en la estabilidad macroeconómica del país. El Director de Previsión Social de Actinver, Mario Ramírez, plantea un análisis documentado —con cifras de la OCDE, del INEGI y de la Ley del ISR— sobre cómo el ahorro para el retiro se ha convertido, en las economías avanzadas, en una verdadera palanca de desarrollo nacional, y por qué México debe dar ese salto cuanto antes.

* El mensaje central es contundente y noticioso:

México sí ahorra (18% del PIB), pero no para el largo plazo. Mientras países como Países Bajos, Canadá o Estados Unidos poseen activos previsionales equivalentes a más del 100% de su PIB, México apenas ronda el 20–22%. Esa diferencia es hoy un riesgo estructural en un país que envejece más rápido de lo que planifica.

* Además, 2026 cambia las reglas del juego:

Bajan las tasas de interés, lo que reduce rendimientos.

Sube el impuesto a los instrumentos de deuda, de 0.50% a 0.90% (LISR).

Este choque hará que millones de mexicanos reciban menos por su dinero. La alternativa técnica y fiscalmente probada son los Planes Personales de Retiro (PPR), que se encuentran exentos del nuevo impuesto y cuyas aportaciones son deducibles hasta 10% del ingreso anual.

* Mario Ramírez sostiene —con evidencia y sin promoción comercial— que el ahorro previsional es una política de desarrollo que nace en los hogares y termina financiando al país: infraestructura, vivienda, empresas, estabilidad macroeconómica y consumo interno en la vejez.

Si te interesa una entrevista para profundizar en el tema estamos a la orden.

¿Qué implica que México envejezca sin ahorro previsional?

¿Cómo afecta a la economía que bajen tasas y suba el impuesto a rendimientos?

¿Por qué los PPR pueden convertirse en una herramienta macroeconómica, no solo individual?

¿Qué evidencia internacional muestra que las pensiones privadas sostienen el crecimiento económico?

¿Por qué México está ahorrando… pero hacia el lugar equivocado?

Mario Ramírez ofrece un enfoque técnico, con datos, pero también estratégico, sobre un tema que en 2026 será central para la agenda económica del país.

Construir patrimonio, construir país: el ahorro para el retiro como palanca del desarrollo nacional

* Por: Mario Ramírez, Director de Previsión Social en Actinver

En México pensamos en el retiro como un asunto privado, casi íntimo: un cálculo personal entre lo que queremos y lo que podremos sostener en la vejez. Pero la experiencia internacional demuestra algo distinto. Cuando las sociedades adoptan el ahorro para el retiro como práctica común, no solo protegen el futuro de cada individuo; también fortalecen la economía completa. El ahorro previsional es, en términos estrictos, una política de desarrollo nacional ejercida desde los hogares.

Hoy México enfrenta un punto de inflexión: un ciclo de tasas de interés a la baja, un incremento en el impuesto a los rendimientos de deuda de 0.50% a 0.90% para 2026[1], y una pirámide poblacional que envejece con rapidez. Este entorno obliga a replantear cómo construimos patrimonio y qué significa invertir en nuestro futuro.

La pregunta es más amplia de lo que parece: ¿estamos construyendo un país donde las personas mayores seguirán siendo económicamente activas —consumidoras, independientes, presentes— o uno donde millones llegarán a la vejez sin ingresos propios? La respuesta depende del sistema de ahorro que seamos capaces de construir desde hoy.

El ahorro previsional como motor económico: la evidencia internacional

En las economías más sólidas, el ahorro para el retiro no es un acto aislado; es una arquitectura nacional.

La evidencia es contundente:

En Países Bajos, los activos de pensiones privadas equivalen a 210% del PIB.

En Canadá, representan 153% del PIB.

En Australia, 131% del PIB.

En Estados Unidos, 102% del PIB.

(Fuente: OCDE, Pension Markets in Focus 2024–2025)[2]

Estos países han construido, durante décadas, un sistema que no solo garantiza estabilidad a las personas mayores, sino que inyecta capital al mercado interno, financia vivienda, carreteras, hospitales, universidades y empresas. Son economías donde los adultos mayores no dejan de consumir: son parte activa del ciclo económico.

En contraste, los activos de pensiones privadas en México apenas rondan entre 20% y 22% del PIB.[3] Pese a ello, el país tiene una tasa de ahorro bruto del 18% del PIB[4], comparable con la de economías avanzadas. La diferencia es profunda: sí ahorramos, pero no para el largo plazo.

Los mexicanos guardan dinero, pero no lo convierten en inversión previsional. Y ahí está el punto central de nuestra discusión nacional pendiente.

El envejecimiento poblacional exige una solución sistémica

México vivirá en los próximos 20 años una transformación demográfica histórica: habrá más adultos mayores que niños menores de 10 años. Esto implica un desafío fiscal enorme y un reto económico silencioso: una sociedad envejecida sin ahorro puede perder consumo interno, productividad y estabilidad. Pero también puede ocurrir lo contrario, como muestran las economías de la OCDE:

una población envejecida con ahorro previsional genera dinamismo, inversión y estabilidad macroeconómica.

2026 cambia las reglas: menos rendimiento y más impuestos para los instrumentos tradicionales.

La combinación que enfrentaremos el próximo año es clara:

Las tasas de interés bajarán, reduciendo los rendimientos de los instrumentos de deuda tradicionales.

El impuesto sobre los rendimientos subirá de 0.50% a 0.90%, disminuyendo aún más la ganancia neta para los inversionistas.

 

En palabras simples:

Los mexicanos recibirán menos por sus inversiones y pagarán más impuestos por ellas. Este escenario obliga a buscar mecanismos que aprovechen mejor el ahorro formal. Y ahí es donde los Planes Personales de Retiro (PPR) se vuelven no solo convenientes, sino estratégicos.

El PPR: una herramienta para el individuo y un motor para el país

Los PPR tienen dos características que los hacen decisivos en este contexto:

1.   Exención del impuesto de 0.90%: Las inversiones dentro de un PPR se realizan en series exentas de este impuesto, generando un diferencial real frente a cualquier instrumento de deuda tradicional. (Fundamento legal: LISR Art. 151 y 54)

2.   Deducción fiscal directa: Las aportaciones al PPR son deducibles hasta el 10% del ingreso anual acumulable, lo que potencia el rendimiento neto. (Fuente: LISR Art. 151)

El resultado es contundente: mientras los instrumentos tradicionales rinden menos, el PPR permite mantener e incluso aumentar el rendimiento neto, especialmente en un ciclo de tasas bajas. Además, los PPR amplían las posibilidades de inversión: no solo deuda, sino también renta variable, fondos globales, estrategias mixtas y diversificación real. En un entorno global más estable, esa variedad es una ventaja competitiva para los hogares.

Lo que un país gana cuando su población ahorra para el retiro

Un país donde millones de personas participan en sistemas previsionales obtiene beneficios que van más allá de lo financiero:

Una población mayor con ingresos propios sostiene el consumo interno.

Los sistemas de ahorro a largo plazo reducen la presión fiscal sobre el Estado.

El capital previsional financia infraestructura, desarrollo y empresas nacionales.

Evita crisis demográficas y favorece la estabilidad macroeconómica.

Desarrolla una cultura de independencia financiera.

 

En suma: cuando una sociedad ahorra para el retiro, su economía no envejece.

En conclusión: ahorrar para el retiro es construir país.

México tiene una oportunidad histórica. Posee una tasa de ahorro del 18% del PIB, pero carece de la arquitectura para convertirlo en ahorro previsional masivo. El siguiente paso es claro: transformar el ahorro informal y de corto plazo en inversión previsional de largo plazo.

Los PPR son una herramienta probada, con fundamento legal, incentivos fiscales y un potencial macroeconómico subestimado. No se trata solo de pensar en los próximos 20 o 30 años de una persona. Se trata de pensar en los próximos 20 o 30 años de México. Cuando un mexicano decide ahorrar para su retiro, no solo construye patrimonio: construye país.